Bancarrota contra Consolidación de Deuda

stock-photo-this-young-man-is-experiencing-intense-stress-over-a-time-of-economic-downturn-or-other-financial-23029417Con la reciente recesión en el mercado inmobiliario, el valor de los bienes raíces, la recesión económica y los niveles más altos de desempleo en la historia, los consumidores continúan luchando con su insuperable deuda.

Millones de personas están enfrentando niveles de estrés financiero que puede afectar profundamente su vida cotidiana, desbaratar familias y causar graves estragos en su bienestar emocional y físico. Tristemente, muchas personas que se enfrentaron con una deuda demoledora y un deprimente futuro financiero, omitieron tomar acción para aliviar su crisis financiera, lo que provocó la creación de una bola de nieve que al caer solamente multiplicó sus problemas.

La razón más frecuentemente alegada por no prestar atención a los problemas financieros, es confusión, o una falta de comprensión sobre qué opciones podrían estar disponibles. Dos de las elecciones más comunes para aliviar la carga financiera de una deuda aplastante incluyen el solicitar la bancarrota, o suscribir un acuerdo de consolidación de deuda.

Consolidación de Deuda

Para comenzar a determinar si un programa de consolidación de deuda pudiera funcionar en su situación, existen varios factores a considerar. El primero y más importante es si usted podrá pagarlo. Si sus ingresos actuales no son suficientes para cubrir adecuadamente sus gastos fijos mensuales básicos, como pagos de hipoteca o de renta, pagos de automóvil u otros gastos de transporte, seguros, comida, gastos médicos y pago de servicios, obviamente, usted no tendrá el suficiente ingreso o sobrante para aplicarse a favor de pagos mensuales por consolidación de deuda. Así mismo, usted generalmente necesita tener deuda garantizada, pendiente o rotativa en orden, por un valor mínimo de USD $ 7,500 para que tenga sentido la consolidación de la deuda, o en algunos casos, para que su acreedor siquiera considere trabajar con usted y su abogado. Un abogado de bancarrotas puede trabajar con usted para detallar todos sus gastos, y evaluar sus ingresos para descubrir si una consolidación de deuda puede aplicar en su caso.

Con la proliferación de familias endeudadas a lo largo del país, muchas entidades de negocios deshonestos han surgido en años recientes, prometiéndole trabajar con usted y sus acreedores para reducir o eliminar su deuda en un periodo de tiempo. Existen negocios que se autodenominan ´servicios de asesoría crediticia´, o ´servicios de reducción de deuda´, pero de hecho están en el negocio para cobrarle tarifas irracionales, aprovechándose de su situación desafortunada. Usar los servicios de alguno de los negocios de este tipo puede parecer una fuente legítima de alivio y un modo inteligente de salir de sus apuros financieros. Sin embargo, muchas personas que han solicitado los servicios de tales compañías de ´reducción de deudas´, se encuentran con que la deuda a sus acreedores no está siendo apreciablemente reducida, o que están colocados en un programa de consolidación de deuda que no pueden pagar. Tristemente, tales programas frecuentemente hacen poco más que llenar los bolsillos de esas agencias de ´asesoramiento crediticio´.

Aunque existen programas legítimos de reducción de deuda y servicios disponibles en el mercado actual, a muchas personas les sorprende que contratar un abogado que esté bien versado en negociar con compañías de tarjetas de crédito y de otras deudas de consumidor, podría de hecho ser una alternativa más efectiva, y hasta menos costosa. Un experto profesional de las leyes con una profunda comprensión de las leyes de protección al consumidor y las opciones de refinanciamiento de deuda, podrá trabajar exitosamente con sus acreedores para establecer un plan de refinanciamiento con el que usted pueda vivir, y que no terminará constándole más a largo plazo.

El objetivo es definir un periodo específico en el cual usted planea liquidar su deuda, con pagos que usted pueda sostener. Al suscribir tal acuerdo con la guía del abogado correcto, pueden detenerse las llamadas acosadoras de sus acreedores, asegurarse de que usted no está pagando exorbitantes honorarios administrativos a algún servicio de asesoría crediticia de mala fama, y eliminar recargos y tarifas por pasarse de su límite de crédito asignado.

Un programa de reducción de deuda correctamente establecido se reflejará en la reducción de tasas de interés que sus acreedores están gravándole, y le permitirá simplemente firmar un cheque razonable cada mes para liquidar toda su deuda pendiente. Además, el administrador de su plan de consolidación puede manejar todo el papeleo necesario, y tratar directamente con sus acreedores para asegurarse de que está usted recibiendo las máximas ventajas disponibles.

Bancarrota

Aunque podría ser verdad que el término ´bancarrota´ lleva ciertas conotaciones negativas, en el ambiente económico actual no es tan malo. En algunas circunstancias, solicitar la protección de la bancarrota para reducir o inclusive eliminar su deuda, podría ser su mejor opción para seguir adelante, y enderezar su vida financiera.

En la mayoría de los escenarios, las personas que enfrentan una deuda de consumidor que no pueden pagar, pueden solicitar una de las dos formas de bancarrota personal, Capítulo 7 o Capítulo 13.

Según las Cortes de los Estados Unidos, las solicitudes de bancarrota en las cortes federales aumentaron un 31 por ciento en el año 2008. El número de bancarrotas solicitadas en el periodo de 12 meses terminado en diciembre 31 del 2008, totalizaron 1,117,771, sobre las 850,912 bancarrotas solicitadas en 2007. Existen muchos factores atenuantes que podrían llevar a alguien a solicitar la bancarrota, incluyendo el divorcio la pérdida del empleo, y los gastos médicos.

Una bancarrota de Capítulo 13 involucra la estructuración de un plan de refinanciamiento diseñado para reducir significativamente o liquidar cualquier deuda de consumidor pendiente, generalmente a lo largo de entre 3 y 5 años. Este plan, algunas veces llamado ´el plan del asalariado´, es a menudo usado por las personas que tienen un empelo, pero que aun así no pueden cumplir exitosamente con todas sus obligaciones de deuda de consumidor. Ellas son liberadas de las interminables llamadas telefónicas para cobrarles y de otros métodos de cobro de deudas usados por sus acreedores.

Según el Capítulo 13, la corte asignará un fideicomisario encargado de trabajar con sus acreedores para definir los detalles sobre cuánto debe, cuánto se le pedirá que les liquide, y el periodo en el que se esperará que usted lo pague. Se llevará a cabo una audiencia, en la cual la corte aprueba el plan. La persona, entonces, paga mensualmente al fideicomisario una cantidad acordada, y el fideicomisario paga a los acreedores apropiados, según se definió en el acuerdo.

El Capítulo 7 de bancarrota podría ser su mejor opción si sus deudas son insalvables, o si usted está desempleado, o no recibe ingresos regularmente. El Capítulo 7 no sólo le protegerá de los intentos de cobro de deuda de sus acreedores, sino que en la mayoría de los casos su deuda pendiente será totalmente dispensada y usted no será ya señalado como legalmente responsable de hacer los pagos. En el Capítulo 7, a la persona usualmente se le permite conservar bienes como su casa, automóvil y algunas otras posesiones personales. Sin embargo, existen algunas deudas que no podrán ser dispensadas según el Capítulo 7, incluyendo impuestos, préstamos estudiantiles, y pagos de pensión o de manutención de los hijos.

Aunque puede ser apreciado por algunos como algo que jamás considerarían, solicitar una bancarrota de hecho otorga beneficios diferentes a aquéllos que simplemente no ven otra opción para liquidar su deuda no garantizada. Si un acreedor ha iniciado cualquier acción legal contra usted en un intento de cobrar una deuda, estos procedimientos deberán detenerse una vez que usted ha iniciado el trámite de la bancarrota ante la corte. Y, sus acreedores no podrán comenzar ninguna acción legal contra usted. Una vez que usted ha presentado la solicitud, sus futuros salarios y ganancias serán protegidos de los acreedores que fueron enlistados en sus papeles de demanda.

La solicitud de cualquier forma de bancarrota aparecerá si alguien investiga sus antecedentes financieros o revisa su historial de crédito; y su solvencia crediticia se verá negativamente afectada, volviendo difícil la obtención de un crédito, por hasta diez años después de su solicitud. Aun así, para algunos, solicitar la bancarrota puede ser la opción más ventajosa en sus intentos por salir de una montaña de deudas que no pueden liquidar, y de esta manera enderezar su futuro financiero.